7.22.2017

"Una vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida..."



Mi abuelita materna murió hace 3 años. Desde entonces, cada vez que la vida se pone retadora o laberíntica, la extraño horrores. Faltan sus palabras de aliento, su confianza a toda prueba en las virtudes que, vayan ustedes a saber la razón, seguía observando en mí sin importar el paso del tiempo.

Hoy mi madre me envió un queso fabuloso y al llegar a casa lo supe: tengo todo para preparar el caldo de papas con queso que cocinaba mi abuelita. Sí, estoy triste, lo supe y supe también que algo de mi madre y mi abue me acompaña ahora, mientras las papas se cuecen. A veces una busca un abrazo, otras levanta el teléfono y espera una voz amable... esta vez, como ha sucedido antes, vuelvo al caldo de papas con queso, porque es un sitio familiar, reconfortante, calientito, como un abrazo materno.

Nunca seré demasiado mayor, para dejar de temblar ante la incertidumbre, lo sé. Sin embargo, mis casi 41 me han enseñado a ser paciente y observar con calma, a pensar... y pedir ayuda si hace falta.

Y sé también que,  en tanto decido los siguientes pasos, puedo apapacharme el corazón con el caldo de papas con queso de mi familia.

Así las cosas.

7.05.2017

Otra vuelta al sol


A tres semanas de cumplir 41, me cuesta recapitular el último año de mi vida. ¿A dónde se va lo que se va y no vuelve a ser más?

El camino ha sido, en extremo, sinuoso. Si bien con tramos muy gozosos, al cobijo de buena sombra y compañía inmejorable... me sé con frecuencia en páramos ingratos, andando -casi- a ciegas.

Me queda claro que la "naturaleza humana" sigue siendo un misterio para mí. Me abruma la complejidad de las interacciones, las máscaras, los roles y, lo que podría llamar, "currícula oculta" en las conductas observables. 

Me alivia saber a los míos, cercanos. Sentir su abrazo, su confianza.

Ha sido un año de sonrisas grandes y sinceras, sí. De amistades nuevas, hermosas. De otro libro publicado.

Y del aprendizaje mayor: nunca terminamos de aprender. Siempre podremos ser los últimos, los más solos... y es preciso observar con calma el devenir de la vida, en tanto seguimos entregando lo mejor que nos nace de adentro, porque así somos... y no puedo ser de otra manera.

Así las cosas.