3.27.2015

El Día, campus UABC


¿Puede haber cosa más afortunada que tener una librería en tu lugar de trabajo?... bueno quizá sí, trabajar en la librería, pero no podemos tenerlo todo en la vida. Entonces, que una de las librerías de mayor tradición en la ciudad abriera una sucursal en el campus de la UABC, es cosa de ensueño. 

Ya desde estudiante, me resultaba gozoso acudir en la búsqueda de los libros que se necesitaban para algunas materias. Ahora que soy profe, además, aprovecho el conveniente descuento para docentes que ofrecen. 

Toda la comunidad universitaria es atendida por sus amables empleados. Desde Idiomas hasta Derecho; Ingenierías, pasando por Medicina, hasta Humanidades y Ciencias Sociales, podemos encontrar los textos académicos que necesitamos. Y, si no los tienen, te apoyan para ordenarlos a las editoriales.

Además cuentan con una rica sección de revistas y no te puedes perder la mesa de autores locales, desde narrativa y ensayo, hasta poesía.

3.24.2015

Notas bibliofílicas*



Soy de las que rompe la rigidez del orden alfabético para colocar "The letters of George Sand" juntito a "The Confession of a Child of the Century" de Musset. Soy una romántica. Una Celestina.

Me gustan los libros felices por eso —también— de vez en vez dejo que Lizt y Chopin, desde el tocadiscos, inunden la casa. La Sand lo agradece desde su reluciente lomito rojo.

No, no presto mis libros. Jamás.  En situaciones extremas, prefiero regalar otro ejemplar nuevo. Prestar el mío, nunca. Bueno, ha sucedido, pero fue doloroso.

Por congruencia respeto, entonces, jamás pido un libro prestado... así muera de deseo. En todo caso, corro a mi librería más cercana a buscarlo.

Las ediciones agotadas me rompen el corazón. Me matan. Son ese beso que nunca daré.

Cuando el autor me dedica su texto, ¡ah!, no sabe ese autor lo tan grande y tan bonito que ha hecho por mí. No tiene idea.

Y cuando algún amigo me regala un libro... entonces sé que ese amigo sabe bien quién soy y —aún así— me quiere y me alcahuetea el vicio.




* Originalmente publicadas en FB
el 3 de enero de 2014.

3.09.2015

Los caminos de la pluma...


...y un buen día terminas escribiendo el guión para un espectáculo musical. Así las cosas.

Lo mío, desde hace años es la poesía. Sin embargo, por razones desconocidas (que tengo pendiente preguntarle, por cierto) Roberto Salomón (pianista radicado en Tijuana) me invitó a escribir los diálogos para un proyecto que rondaba en su cabeza desde hace tiempo.

Nos reunimos un par de veces a platicarlo y, de pronto, un día me avisa que ya tiene fecha para el estreno: 21 de marzo. 

Teníamos el argumento general, los cantantes que participan, sus personajes... y un sueño. Lo demás es (o será) historia conocida. ¡Y vaya que lo he disfrutado!

Trabajar con músicos/cantantes ha sido toda una experiencia nueva y riquísima. Leer el trabajo terminado, escucharlo en sus voces... observar cómo las palabras toman vida: increíble.

Se recrea la época dorada de la radio en México. Las protagonistas son mujeres y las canciones las llevamos en el corazón desde la infancia. La línea es cómica, y los arreglos de Roberto... una sorpresa que promete dejarnos un delicioso sabor de boca... u oreja, digamos.

Además, a la cría le está gustando. De pronto la sorprendo cantando las canciones con las que crecí y, claro, se siente bonito... me emociona la idea de llevarla al estreno y que ella sepa que eso que ve en escena lo escribió su mamá.

Yo agradezco en el alma la confianza de Roberto, su invitación. Que dejara en mis manos el privilegio de darle forma a este proyecto; ponerlo en palabras. A las y el cantante, el entusiasmo por sus personajes, el cariño a la historia. 

Finalmente, lo sé, el guión servirá de andamio para mostrar el espléndido trabajo musical de ese equipo sobre el escenario. Los arreglos de Salomón, su reinterpretación de una época y un género musical que, seguramente, nos enviarán a todos, de regreso a casa, con una gran sonrisa a buscar en los recuerdos.

Los boletos ya están a la venta, en el correo electrónico: radiocricri@gmail.com

Yo ya quiero estar ahí.