Confesiones...

• Soy muuuuy friolenta. No puedo dormir sin calcetas... ni en verano. Me encantan las chamarras, las bufandas, los guantes y, en general, la ropa calientita.

• Nunca aprendí a secarme el cabello con secadora y cepillo... mi coordinación frente al espejo es terrible, además no me gusta peinarme. Lo único que puedo, es usar esas secadoras que tienen forma de cepillo redondo, apenas así y eso muy de vez en cuando. Pero, bueno, recién he decidido dejar mi cabello crecer nuevamente. Y ya lo pinté negro otra vez.

• Soy compradora compulsiva de zapatos. Sí, comparto el terrible mal. Aunque prefiero, sobre todo, la comodidad.

• También soy compradora compulsiva de libros. Si entro en una librería, necesariamente salgo con, mínimo, un libro... tengo suerte para encontrar títulos imprescindibles (lo mismo me sucede con los cd's y las películas).

• Con los lápices de labios ya controlé mi manía. Terminé por convencerme que son apenas unos cuantos colores los que iluminan mis días a mi gusto (entre ellos, muy importante, el rojo), así que ya no pierdo mi tiempo (ni mi dinero) en buscar tonos nuevos.

• No soy de las que pasan hora en los centros comerciales. Generalmente sólo acudo cuando tengo una idea (o necesidad) fija en mi mente, y sólo compro lo que me enamora a primera vista. He aprendido que si hay algo a lo que le doy muchas vueltas, o lo pienso mucho, termino por nisiquiera usarlo.

• Soy muy paciente, muy prudente, muy «polite»... evado siempre las confrontaciones, muy diplomática la niña. Si algo (o alguien) no me gusta, me trata mal, me hace alguna grosería, simplemente doy la vuelta y jalo para otra parte. No digo nada, sólo le borro del mapa.

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Hasta aquí las confesiones de hoy.

Mony