El otoño nos jugó una broma... las brevas de lluvia de hace días dejaron tras de sí calor y "Vientos de Santa Ana"... humo que nace entre los cerros.
Uno puede adivinarlo, incluso antes de abrir las ventanas. Despiertas y ya los labios arden, se parten. La piel entera necesita dosis extras de loción humectante.... durante todo el día.
Recuerdo que cuando era niña, caminábamos diez cuadras hasta la primaria, entre un viento duro que nos cubría de polvo, bajo el sol de mediodía. "Eran los Vientos de Santa Ana", siempre entre septiembre y octubre. Este año el viento no ha sido tan hostil (al menos a mi no me lo ha parecido), sin embargo he visto el fuego nacer de los cerros vecinos, distantes... y una capa de humo gris cubrir el cielo de Tijuana.
Ah! yo espero la lluvia... mi corazón se deshidrata!
Tijuana y su clima...
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mmr
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