12.08.2012

(paréntesis)

Trabajando en proyecto académico... examen de grado en puerta.   Hora de poner más café, la noche será larga.

[en el player: Stanko y su noche suspendida... a propósito de]

Y parece que la tan esperada mudanza, ahora sí, es cosa de semanas.  Pensaré en empacarlo todo luego del examen.   Eso sí, tendremos que vender algunos muebles, cosas... el lugar es más chico así que debemos resolver qué es lo mínimo indispensable.  ¡Debo garantizar el espacio para mis libros, discos y películas, ja!... La Kix ya escogió su recámara (la más grande, por cierto).

La vida, acá, diluyéndose al ritmo de los cuatrimestres laborales... nada nuevo.  Al otoño le restan, apenas, un par de semanas pero ya me dejó un poemario marinándose en su jugo... ya veremos.

La vida, sencilla, simple, sin grandes aspavientos... algunos dolorcitos, preocupaciones, pendientes, pero ahí vamos.  Ah, si no fuera por la música, el tinto, la poesía... ¡y esas bellas y descaradas nubes de otoño!

Se agradece en el alma la amistad, nueva, de años, toda.  La amistad es un chaleco salvavidas fundamental y necesario en este mundo loco.

Acá el tiempo, sin detenerse ¿cuál es la prisa? me pregunto.  Yo, con un pie cada vez más en la abstracción y el otro intentando no soltar el suelo.   Lo sublime me arrebata y en apenas unas notas musicales me pierdo.  ¿Y ahora de dónde tanto suspiro?

Total que la vida es buena, digo yo.  ¿Si no, porque sigo sonriendo?

Total que la vida es buena y a mi se me llena con la vocecita de la Kix, cantando desde el otro cuarto; mi reloj nuevo de $80.00 pesos y su maravillosa cara azul; y unos lentes de sol aún más baratos que compré, no sé bien por qué, luego de más de 10 años sin usar lentes oscuros (sucede que estoy más ciega que un topo  y sin mis lentes graduados no veo nada, y si a eso le agregan un plástico oscuro, menos), pero que me provocan tal encanto porque son prácticamente un antifaz para esconderme debajo.  Además, me quedan bien con el otoño, creo.


Sí, la vida es buena... con todo y el sexenio que inicia y su "back to the future" gabinete; las predicciones mayas (que no me asustan); el clima organizacional en la chamba como campo minado; y todo aquello que por algo será que olvido.

Es bueno cerrar el cuatrimestre de Introducción a la sociología con la satisfacción de haber dejado algo en cada uno de mis siete alumn@s. Bueno también que ya pronto seré madrina de generación en el acto académico de aquél grupo de coleguitas que acompañé en su proceso de formación profesional.  Más bueno, aún, cerrar un proceso académico propio (la maestría).  

Buenas las risas, los momentos compartidos, los desvelos, las conversaciones inteligentes... ¡la música!

¡Y muuuuy buena la noche suspendida de Stanko!



Ya está listo el café... me vuelvo a mi noche larga.


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