Fue en junio del 2013 cuando, por invitación de Gabriela Bojórquez, iniciamos este proyecto de canciones y poemas en El Lugar del Nopal. Se trataba entonces de un espectáculo de una noche, pero lo disfrutamos tanto y el público lo recibió con tanto cariño, que ya son más de dos años de llevar las Noches de Luna Brava a distintos espacios de Tijuana, Tecate y Chula Vista, CA.
Dos años de compartir con Gaby y Hadia, no solo textos de poemas y letras de canciones sabrosas; sino también nuestras propias historias, los pasos que vamos dando, las tristezas de la vida y los hallazgos afortunados.
Algunas amistades se tejen así: con momentos llenos de sueños, retos afrontados en equipo y logros compartidos. Con admiración profunda al trabajo de las otras y la certeza de que este proyecto a tres voces está dejando algo muy valioso en quienes nos escuchan: el interés por la lectura de los autores que compartimos y un momento de reflexión sobre la importancia de amar, sin miedos ni culpas, gozosamente.
Hace un par de días tuvimos presentación en el Praga Café, de Tijuana. Y, como cada vez, la experiencia me deja con la sonrisa en los labios durante días, tarareando canciones y recordando versos que le tiemblan a una por dentro.
En un mundo como el nuestro, la vida encuentra espacios para ofrecernos sus encantos: la poesía y la música son algunos de ellos. Será por eso que cuando hacemos las Noches de Luna Brava, una siente que por espacio de casi dos horas, quienes nos escuchan se llevan ese encanto... y por eso vuelven.
Así la vida.
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