5.25.2005

Algunas Letras....

....del libro "Litoral del Tiempo" de Margarita Paz Paredes (1922-1980) México.

ELEGÍA POR MI PERRO

Es algo que duele en todas partes:
en la palma de mi mano
donde acomodaba su cabeza dorada,
hermosamente estrafalaria;
en mis pupilas tristes ahora,
que a diario refrejaron sus ojos amarillos,
de inteligencia múltiple;
y en mi voz que nunca pretendió regañarlo,
porque adoptaba una actitud
humildemente deliciosa
y me tocaba el hombro con su pata
llena de compañía.

También duelen las horas,
los lugares, las cosas,
en que su presencia cotidiana
se hacía más notoria,
más dulcemente humana.

(Yo pienso que todos han llorado
por la absurda muerte de un perro,
y sobre todo, un perro como el mío.)

Llegaba a las horas de comida.
A veces bostezaba
y veíamos sus enormes colmillos
filosos y blanquísimos.
¡Cualquiera creería en su ferocidad!
Pero le dábamos una pequeña galleta
y apenas si su hocico tocaba nuestros dedos,
porque la tomaba con tanta urbanidad
como si se supiera de memoria
el libro de Carreño.

Era un Don Juan discreto,
mucho más parecido al del Romanticismo,
pues en verdad, creo que se enamoró
de una perrita dulce y melancólica,
a quien acompañaba a su casa,
y luego regresaba solitario
y tocaba una vez la aldaba.
(Se me olvidaba decir que había aprendido
a tocar la aldaba...)

Yo le abría y lo invitaba a mi estudio.
Así me acompañó largas noches de insomnio,
en que sólo brillaban sus ojos
como queriendo envolver de luz
mi frecuente tiniebla.

Cierta noche sacó de mi librero
una obra de Marx y otra de Víctor Hugo.
Alcanzó a comerse algunas hojas,
pero no pudo digerirlas.
Creo que jamás entendió el materialismo,
porque todo él era romántico,
y tierno, y ávidamente cariñoso.

Tal vez por eso,
hace unos días,
¡qué tristes pocos días!,
abrió la puerta
(sabía también abrir la puerta),
y se fue radiante, hermoso como siempre,
en busca de su amor.

Nunca más regresó.
Horas y horas esperando
su aparición de perro hippie.
(En verdad, mis amigos decían
que era un interesante perro hippie.)
¡Qué cabeza en desorden
dorada y tumultuosa!
¡Qué desgarbado andar
con descuido elegante!
¡Qué húmedas pupilas
como lagos traslúcidos,
donde se descubría
la inocencia de su alma!

Ayer, apenas, me contaron
--así como se da cualquier noticia intrascendente
del tiempo o de la vida--
que mi perro había muerto atropellado...
¡Y nada más!
No sabemos
si su dolor se prolongó buscándonos,
si su estremecimiento esperó nuestros brazos...

Y da rabia saber que murió solo,
como un perro cualquiera;
que no pudimos resguardarlo
bajo una madreselva;
o plantar
sobre su frente desaparecida,
un girasol alegre.

Me duele algo
algo insistente como una rota compañía;
algo que se detiene ante mi puerta,
sin llamarme;
me duele tanto su nombre
que no quiero repetirlo en voz alta,
porque temo que lo oiga
y me llegue su alarido frío, de abandono,
de solitaria muerte.
¡Me duele tanto
la mañana, la tarde y el insomnio!
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Margarita Paz Paredes

Por fin lo encontré Efrén!

2 comments:

Anonymous said...

Hey Mony...ya lo leí esta muy curada, sabes yo lo busque en internet pero no lo enconntre, y la verdad me gusto.
¿Como seguimos de la muela?...
lo mejor como siempre y un fuerte abrazo...
posdata: me encontre un chiste grafico buenisimo que se referia a los dentistas, y precisamente me entere de tu visita a este ultimo...decidi mejor no publicarlo...
un fuerte abrazo y que sigas estando bien.
Efrén

@MoonyTj said...

Hola Efrén!

Debo haber pasado la mirada por el librero unas 50 veces... y no encontraba el libro!!!!... estuvo frente a mí todo el tiempo, ¡qué horror! jejeje

A mí me encanta el texto, la primera vez que lo leí casi lloré...

De la muela ya estoy muuuuy recuperada, gracias :)

Saludos
Mony