10.06.2017

Palabras [2]

Veamos:
"moan" n. 1. a low mournful inarticulate sound, usually indicating pain or suffering. 2. a grumble. "moan" v. 1. to utter a moan, to say with a moan. 2. (of wind etc.) to make a sound like a moan. 3. to grumble.
Tomado de: Oxford American Dictionary.


"gemir" 1. intr. Dicho de una persona: Emitir sonidos que expresan dolor, pena o placer sexual.
Tomado de: www.rae.es

"jadear" 1. intr. Respirar anhelosamente por efecto de algún trabajo o ejercicio impetuoso.
Tomado de: www.rae.es


A diferencia del caso anterior (ver post) no tengo nada en contra de las encantadoras "gemir" y "jadear", desde el punto de vista estrictamente semántico. Por el contrario, me perdonarán sus ilustrísimas del Oxford American Dictionary, pero, en serio: ¿solo "pain and suffering"?... what about pleasure?

Para efectos poéticos, la conjugación de ambos verbos en español nos remite a posibilidades por demás suculentas, de lo sutil y sugerente hasta lo más sabrosamente explícito. Bien ahí, con nuestra lengua materna.

Sin embargo, y desde mi opinión de mujer hiperbólicamente auditiva, esas consonantes velares y velares fricativas, si bien primitivamente guturales, me suenan de pronto hostiles, al momento de escribir.

En cambio "moan"... mmmmooooooaaaaaannn con su consonante inicial bilabial y sonora (sí, insisto en la imagen de los labios cerrados por un beso), me evoca mucho más delicias que sus contrapartes, revisadas acá, en español. Y en "moan" encuentro, precisamente, un rasgo que me puede encantar del inglés: palabras que suenan a su significado.

También soy mujer con pasiones históricas, y pensar que esa eme en su origen jeroglífico viene del agua, del mar y una humedad de siglos... y que, casualmente, es la inicial de mi nombre...  mmmmooooooaaaaaannn ¡caray!




De vuelta a la poesía, me resulta fascinante encontrar nombres "gemibles" o "jadeables"... ¿moanables?...  Qué tal así:

"I love the way one can melt his name in a moan"
(quoting myself)

Me quedo con esa frase en la mente... y en los labios. 

Así las cosas.

10.05.2017

Otoño 2017.


De pronto ya estamos en octubre, con sus lunas impresionantes y el descenso justo en la temperatura para correr al armario y sacar los chalecos de estambre. Las bufandas.

Un débil viento de Santana, en días pasados, terminó por llevarse las altas temperaturas en algo que puedo imaginar como el último suspiro del verano.

El clima no es lo que solía ser, de cualquier modo. En romántica obstinación seguimos pensando en estaciones definidas en temperaturas y paleta de color. Nuestra inconsciencia tiene al planeta loco y el calentamiento global se hace patente con mayor frecuencia e intensidad.

Los fenómenos climatológicos cobran factura. Alta, muy alta. La temporada de huracanes se extiende y deja a su paso gran desolación. 

En México la tierra nos ha sacudido fuerte. Un par de sismos en septiembre nos tienen aún sumidos en la tolvanera mediática sin dejarnos medir aún con claridad qué tanto perdimos o ganamos. Se dice mucho y sabemos poco. Los nuevos medios recurren a estrategias viejas: amarillismo, emotividad, miedo, empatía. Nos duele a todos, es cierto. Y la herida mayor vuelve a ser la infame lucha por el raiting.

El mundo es un polvorín. Por donde se mire.

Acá, intentamos resolver asuntos personales. Aclarar la mente y seguir andando. Procurarle la sonrisa a la cría, que en no mucho estará a la par de la mía (contando los centímetros desde el suelo). 10 años juntas, ¡caray! La vida se escapa a cada instante. No logro retenerla. No puedo, como a un gato, sobarle el lomo y escucharle ronronear en mi regazo... no, la vida ya está en otra parte.

Quisiera un tiempo para escribir. Hay, al menos, un par de cosas en el tintero aguardando con paciencia al fin de semana propicio, el inhábil oficial... algún espacio ganado al insomnio.

Y ya es octubre. En unas semanas habrá que montar el árbol de navidad y abrazarnos mucho frente a una taza de chocolate caliente. Espero el invierno tenga algo de compasión... o conseguir un artefacto adecuado.

En tanto, saquemos los chalecos, las bufandas, los abrigos. Preparemos la cama con franelas. Y abracemos cada instante. Cada uno, en los días que nos quedan.

Así las cosas.








7.22.2017

"Una vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida..."



Mi abuelita materna murió hace 3 años. Desde entonces, cada vez que la vida se pone retadora o laberíntica, la extraño horrores. Faltan sus palabras de aliento, su confianza a toda prueba en las virtudes que, vayan ustedes a saber la razón, seguía observando en mí sin importar el paso del tiempo.

Hoy mi madre me envió un queso fabuloso y al llegar a casa lo supe: tengo todo para preparar el caldo de papas con queso que cocinaba mi abuelita. Sí, estoy triste, lo supe y supe también que algo de mi madre y mi abue me acompaña ahora, mientras las papas se cuecen. A veces una busca un abrazo, otras levanta el teléfono y espera una voz amable... esta vez, como ha sucedido antes, vuelvo al caldo de papas con queso, porque es un sitio familiar, reconfortante, calientito, como un abrazo materno.

Nunca seré demasiado mayor, para dejar de temblar ante la incertidumbre, lo sé. Sin embargo, mis casi 41 me han enseñado a ser paciente y observar con calma, a pensar... y pedir ayuda si hace falta.

Y sé también que,  en tanto decido los siguientes pasos, puedo apapacharme el corazón con el caldo de papas con queso de mi familia.

Así las cosas.

7.05.2017

Otra vuelta al sol


A tres semanas de cumplir 41, me cuesta recapitular el último año de mi vida. ¿A dónde se va lo que se va y no vuelve a ser más?

El camino ha sido, en extremo, sinuoso. Si bien con tramos muy gozosos, al cobijo de buena sombra y compañía inmejorable... me sé con frecuencia en páramos ingratos, andando -casi- a ciegas.

Me queda claro que la "naturaleza humana" sigue siendo un misterio para mí. Me abruma la complejidad de las interacciones, las máscaras, los roles y, lo que podría llamar, "currícula oculta" en las conductas observables. 

Me alivia saber a los míos, cercanos. Sentir su abrazo, su confianza.

Ha sido un año de sonrisas grandes y sinceras, sí. De amistades nuevas, hermosas. De otro libro publicado.

Y del aprendizaje mayor: nunca terminamos de aprender. Siempre podremos ser los últimos, los más solos... y es preciso observar con calma el devenir de la vida, en tanto seguimos entregando lo mejor que nos nace de adentro, porque así somos... y no puedo ser de otra manera.

Así las cosas.



4.30.2017

About Dakha Brakha*



I write in the dark.
I write in the dark
while they play.

No matter the language.
No matter the country they came from
we share the same roots:

We can relate to the waves of sound
that surround us
touching our skin
going through us
fastening our heart beats.

We understand
we feel
the code 
in the way the voices chant their message
as if something sacred
it's happening.

They hug their instruments.
They smile
and, suddenly
we want to dance!

They took us through
different landscapes.

Their voices
extraordinary instruments
were wind
and birds
and beats of an ancient and endless
song.

For some people
music is a calling
a way of life.
We can only truly
respect their work.

Tijuana stood up
for them.

*Saturday April 29, 2017
CECUT, Tijuana.

3.20.2017

Puente de marzo, 2017

De pronto me cuesta recordar hace cuánto no pasaba tantas horas habitando mi departamento. Atendiéndolo, organizando cosas, reubicando muebles, cambiando plantas de maceta. Durmiendo hasta que el cuerpo así lo decide. Apropiándome de la cocina de nuevo, eligiendo con parsimonia ingredientes y especias. Una agradece, sinceramente sí, estas breves pausas sustentadas por la Ley Federal del Trabajo en México.

Una vez contenido un conato de resfriado, el sábado, el domingo fluyó como fluye la vida entre dos que se aman y conocen de años: sin muchas palabras, con movimientos precisos, sincrónicos, en el deleite afable de saberse en casa.

Ya son tres años en este depa que ha sido y es uno de los mejores sueños alcanzados. Y sucede que estas pausas me recuerdan lo grato que es estar aquí: lo tan dulce de cada libro en los libreros, lo sabroso que suenan los vinilos en el tocadiscos... y lo mucho que va quedando de mí en cada cuadro sobre las paredes, en la disposición de muebles y objetos... en las memorias.

Me apasiona mi trabajo y no le escatimo esfuerzo, ni tiempo... pero estas pausas son un idilio personal y con la cría; un tiempo para soñar, imaginar y hacer planes. Para observar el mundo desde otra perspectiva y apapacharnos.

Así las cosas, desde este lunes inhábil oficial. 

3.05.2017

Notas al pie




De "Notas al pie" puedo decir que se trata de un proyecto afortunado, que me ha llenado de alegrías desde que inicié a escribirlo en el 2015. 



Fortuna fue también que el manuscrito llegara a manos de Dora Castillo, de Shula Cartonera, en Monterrey. Su labor editorial logró la colaboración de Lorena Baker con la portada y del poeta Juan Carlos Abril en el prólogo y cuidado de la edición. La lectura de ambos a mi texto resultó gratísimo abrazo a mis letras que dejó al descubierto, para mi fascinación, otras miradas sobre mi trabajo.

Anoche lo presentamos en la CDMX, gracias a las gestiones de mi estimado Nahúm Torres de Suplemento de Libros, en Wiser Books & Coffee. Los comentarios estuvieron a cargo de mi buen Doctor Hugo César Moreno Hernández, quien me calificó de ñoña por encontrar poesía en George Herbert Mead jaja (solo los amigos que te quieren pueden decirte cosas tan bonitas). 

La vida va llenándose de alegrías, de momentos, amigos y páginas para compartir. Los libros permiten encuentros (textuales) y memorias para dejarnos la sonrisa grande.

Así las cosas.