últimas horas del año...
El 2012 fue año de cambios políticos (año electoral, al menos). Año de grandes pasiones (apasionamientos, al menos) para luego ser testigos de como los ídolos cayeron (callaron) ante el gran triunfo mediático.
Aún reconociendo el fuerte fenómeno vivido (eso de "vivir" es un decir) en las redes sociales, quedó más que claro que el cambio, al menos esta vez, no depende de esos espacios virtuales.
El regreso del "partido oficial" al poder es el más severo síntoma de los graves problemas del país. El sexenio que inicia es, por demás, incierto. La historia sigue escribiéndose.
Finalmente, la vida sigue.
A manera personal, despido al 2012 como quien se despide de un buen amor (de esos, donde no todo fue rosa, ni miel sobre hojuelas, ni luna de miel... sin embargo logras despedirte en paz porque, con todo y todo, te dejó momentos inolvidables -de esos que no entran en el resumen de Facebook, je). Y fijo la mirada en un 2013 que, desde ya, se anuncia afortunado.
Sin grandes certezas en general, apenas los primeros pasos y con algunas decisiones muy importantes ya en la bolsa; el 2013 es LA posibilidad del gozo. Cambio de aire, de suelo... pasitos bien firmes hacia los sueños.
Luego de un periodo de metamorfosis de casi 3 años, empiezo a cosechar los frutos más dulces de haberme mantenido fiel a mí misma. Las "puertas falsas" o "salidas de emergencia" no han faltado... pero he sido firme y eso, al final de cuentas, hace la diferencia. Salió "calzonuda" la muchacha! jaja
Les dejo el abrazo más apretado y bien intencionado posible... y les deseo, para este 2013, que sonrían mucho, mucho, y que rían hasta que les duela la panza; y que abracen y sean abrazados, con abrazos de esos que llenan la vida...
Por acá nos seguiremos leyendo.