pues, nada, que los años se cumplen -sin escalas ni demoras-.
Los 37 están aquí: en mis pasos, en mi voz con todo y palabras; en mis pequeñas manos y las formas de mi cuerpo.
Me procuré presencias gratas, desde tres días antes. Charlas amenas, profundas, divertidas. Cenas deliciosas, tintos, cervezas.
Familia.
La Kix volvió a pasar el esperado día junto a mí. "¿Ya puedes abrir los regalos?, preguntó toda la tarde.
He procurado no detenerme en recuentos estériles ni reflexiones que sobren. La vida es. Los años.
Ante las incertidumbres: placeres sencillos. La vida es hoy.
Hay una sonrisa serena en mis labios. Vienen cosas buenas, lo sé: trabajo por ello.
Lo mejor de los cumpleaños: los abrazos. Este año fueron buenos, cuanti y cualitativamente.
Planes: muchos... seguiré informando.
Así las cosas, por acá... con 37 veranos de vida.