6.25.2013

p.m. coffee




...puede que el café de la tarde sea como esos amores tardíos que nos llegan en la vida —luego de todas esas locas tazas de café mañaneras, cuando hemos saciado ya el hambre (después de la comida, pues)—, a rodearnos con su aroma reconfortante, a dejarnos en la boca el sabor preciso... a invitarnos a mirar el ocaso con el alma sonriente de saciedad.

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