5.29.2015

Cerezas - Juan Gelman

Cerezas by Mónica Morales

esa mujer que ahora mismito se parece a santa teresa
en el revés de un éxtasis/hace dos o tres besos fue
mar absorto en el colibrí que vuela por su ojo izquierdo
cuando le dan de amar/

y un beso antes todavía/
pisaba el mundo corrigiendo la noche
con un pretexto cualquiera/en realidad es una nube
a caballo de una mujer/un corazón

que avanza en elefante cuando tocan
el himno nacional y ella
rezonga como un bandoneón mojado hasta los huesos
por la llovizna nacional/

esa mujer pide limosna en un crepúsculo de ollas
que lava con furor/con sangre/con olvido/
encenderla es como poner en la vitrola un disco de gardel/
caen calles de fuego de su barrio irrompible

y una mujer y un hombre que caminan atados
al delantal de penas con que se pone a lavar/
igual que mi madre lavando pisos cada día/
para que el día tenga una perla en los pies/
es una perla de rocío/

mamá se levantaba con los ojos llenos de rocío/
le crecían cerezas en los ojos y cada noche los besaba el rocío/
en la mitad de la noche me despertaba el ruido de sus cerezas
creciendo/

el olor de sus ojos me abrigaba en la pieza/
siempre le vi ramitas verdes en las manos con que fregaba el día/
limpiaba suciedades del mundo/
lavaba el piso del sur/

volviendo a esa mujer/en sus hojas más altas se posan
los horizontes que miré mañana/
los pajaritos que volarán ayer/
yo mismo con su nombre en mis labios/

*****

Fuente con audio

5.06.2015

Mayo


Pues así, casi sin pensarlo, ya estamos en mayo. El semestre a punto de concluir: evaluar a un mundo de alumnos; leerlos.

Con el quinto mes llegan, igual, los festejos y celebraciones maternales. Sigo sin hacerme a la idea de alegrarnos (o pensar) durante un día sobre un tema para, el resto del año, dejarlo de lado. A eso me saben los "días internacionales de...". Manías que incrementan con la edad, ustedes disculpen.

Finalmente, si se es madre, el puesto se ocupa a lo largo de la vida de los involucrados en la relación materno-filial, los 365 días de cada año. En fin, las reflexiones al respecto, el reconocimiento o gratitud (de ser merecidos) no debieran limitarse a una fecha arbitraria y comercial.

Yo, en la madre, pienso todo el tiempo. Es mi chamba, digo. Tengo una cría y mi maternidad la construyo todos los días; vaya, no la doy por hecho. Intento dejarle al mundo una mujer feliz, libre, independiente, sensible y responsable de sí misma y su entorno. A eso le apuesto: al futuro.

Pero, igual, me reconozco en parte producto de mi historia. De la historia de aquellas que fueron antes que yo. Quienes me formaron y de las cuales llevo, en mi fondo y mi forma, tanto. Sé que mi ternura, fortaleza y hasta algunos de mis miedos, vienen de ellas. Que mucho del amor que entrego a la pequeña cría, es el que recibí de sus cuidados, consejos y recetas.

Sé, por ejemplo, que cada vez que le cocino el caldo de papas con queso de mi abuelita y de mi madre y de mis tías, estoy sembrando algo. Estoy llenándola de amor. Y, me parece, eso gana casi todas las batallas de la vida.

Así las cosas.


4.25.2015

Si no estás conmigo - 'Lucho Gatica'

Amo Internet. El acceso a la información. Me encantan las puertas que se abren y el conocimiento que se puede adquirir, así, con un click.

Hoy desperté con Lucho Gatica y entonces al escuchar el bolero "Si no estás conmigo", la melodía me sonó -muchísimo- a "I'm a fool to want you" de Sinatra. Pues bien, esa práctica de llevarse las melodías y ponerles letra en otro idioma es muy común, no solo en el bolero. Entonces quise saber un poquito más sobre ambas piezas, para identificar cuál fue la versión original. Encontré un PDF (delicioso) de la argentina Olga Giacumbo de Mauri, donde explica que el bolero de Luis Martínez Serrano (Barcelona 1900-México 1970), debió ser compuesto antes de los 40's, si acaso en los primeros años de esa década. En tanto que la versión de Sinatra se publicó en 1951.

Pero bueno, volviendo al PDF delicioso, les comparto el enlace a esta maravilla que aborda, desde el mundo académico, este género de la canción popular, específicamente en el ámbito argentino.


4.23.2015

Domingo en una esquina del mundo*






Llegué a Tijuana en 1978, a los dos años de edad. Desde que tengo uso de razón, la noción de habitar una frontera ha estado ahí. Siempre hemos cruzado “al otro lado”. Si alguien pregunta cómo estará la línea, sabemos que se refieren a la fila de autos o peatonal para atravesar las garitas hacia San Diego. 

Me resultó inevitable pensar en la “naturalidad” con la que podemos percibir una idea, en este caso, más que una idea: un muro. Justo en esta mañana de domingo, que me encuentro frente a él, observando lo que sucede alrededor.

El cielo, sobre nosotros, de un azul absoluto, tremendo y sin filtros. La brisa del mar, más fresca de lo esperado, es suficiente para despeinar incautos sin gorra y hacer olvidar el calor agobiante de días pasados. El viento me humedece los ojos. Son las 10:30 de la mañana y el Jardín Binacional luce casi desierto. La “naturalidad” empieza a quebrarse: de pie, frente al obelisco de mármol blanco (o mojonera, como suele llamársele entre los locales) se lee la siguiente leyenda

LÍMITE DE LA REPÚBLICA MEXICANA

La mojonera 258 marca el inicio de los 3,185 kilómetros de línea fronteriza que separan a México de Estados Unidos. En su fría verticalidad estoica, guarda historia y símbolos de la necedad humana, muy distantes de la “amistad” que bautiza al jardín en el que se encuentra. Las personas comienzan a llegar, en parejas, con amigos, en grupos de familias, paseando a sus perros. Prácticamente sin excepción fotografían la mojonera y/o se toman la foto de pie junto a ella.

Se llevan un recuerdo del límite.

El muro fronterizo es de metal. Una serie de columnas, muy próximas entre sí, desde donde la vista permite reconocerlas, por el Este; bajan hacia la playa y se hunden en las frías aguas del Océano Pacífico, en la esquina noroeste de Tijuana, de México, del mundo.

Como si esto no fuera ya bastante simbólico del absurdo que hiende no solo la tierra o el mar, sino la historia, el tiempo, vidas e imaginarios. Se suma un entramado metálico, bastante estrecho, que permite apenas adivinar las siluetas de aquellos detrás del cerco. Una cuadrícula que divide, aún más, la posibilidad de contacto. Desde aquí, los dos hombres que se acercan, luego de caminar 2 millas, desde algún punto en Imperial Beach hasta el Jardín Binacional, son apenas siluetas de rostro ensombrecido. Voces gustosas de ¿ver? que acá, en Tijuana, sus familiares aguardan.

Me resulta inevitable pensar que para ellos, desde aquel lado, también somos siluetas de rostro ensombrecido. 

De este lado, la avenida que rodea a la Plaza Monumental, desde la entrada a Playas de Tijuana, va llenándose de autos con placas de California. Los espacios de estacionamiento comienzan a poblarse y la circulación de personas a pie, atravesando el parque para entrar al andador costero, aumenta. Vendedores de dulces preparan sus carritos llenándolos de gomitas, cacahuates, habas y demás, para bajar a la playa. Padres de familia fotografían a sus hijos junto a una representación de delfines de cemento.

Desde un balcón del mirador del jardín, algunos visitantes alimentan, lo mismo a ardillas que a pichones, con pedacitos de tortilla.

Una vendedora de chicles, ofrece su producto y comenta: “El día de las madres nadie me dio un peso… bueno, no soy mamá, pero soy mamacita”. Los transeúntes pasan de largo, ella vuelve a las mesas de cemento dispuestas para el descanso.

Mis ojos siguen mojados. El viento.

Ya se me hacía que no me mirabas

Caminamos como dos millas

De aquel lado, los dos hombres se acercan y saludan a siete personas que les recibe con gusto. Una mujer se acerca y pregunta:

¿De casualidad no miró a una niña como de dos años con un muchacho?

A la negativa en la respuesta, la mujer se aleja un poco del grupo, pero mantiene la mirada fija en el entramado metálico del muro, como si el fervor de su observación, de pronto, pudiera provocar la aparición de aquellos a quienes espera.

La familia, a través del muro, continúa:

¿Y esta plaza de toros?

Sí, es donde hacen los bailes, es donde viene La Arrolladora…

La conversación continúa mientras un oficial de la patrulla fronteriza observa desde la entrada del cerco paralelo, del lado gringo. Recuerdos de infancia atraviesan el muro, las columnas de metal y su entramado. Para la memoria no hay frontera.

De aquel lado, se aproxima una mujer mayor con sombrero, extendiendo sus manos hacia el cerco. Desde aquí, un hombre de edad semejante, con gorra de beisbolista percudida y cabellos blancos ingobernables, le saluda moviendo la mano. La escena parece el preludio de un abrazo. Pero el muro. 

El hombre no habla, escribe sobre hojas sueltas que luego muestra a la mujer a través del entramado metálico. Puede hablar, pero parece que no quiere ser escuchado. Saca hojitas nuevas de un morralito que le cuelga cruzado de la espalda. Ella lee cada vez y él le hace señas, levanta los hombros, mueve la cabeza en señal de negación. Ella responde cosas inaudibles desde donde observo. Confieso que me alegra un poco que sus palabras, al menos, no conozcan fronteras.

Son casi la una de la tarde. Hombres del “Ministerio Fronterizo”, organización religiosa de la iglesia metodista, arriban al jardín y preparan todo para ofrecer de comer a los migrantes deportados: mesa plegable, garrafones de agua, estufilla de gas, bolsa con cobijas para distribuir y equipo de sonido.

¿De dónde viene, de dónde la traen?, pregunta una mujer a mi lado.

Del cielo… es que no hay recursos.

Así el domingo de frontera. Observo y mis ojos siguen mojados. El viento. No puedo evitar pensar en ese cerco de textura hostil, suavizado por mensajes de amor, grafiti y murales multicolor; sentirlo ajeno. ¿Será que no hay nada mío del “otro lado”?, ¿será que mi vida entera está aquí, de la mojonera 258 hacia el sur y no se me parte el alma en la espera por alguien que quizá no llegue a la cita en el cerco?

Quizá, pero ahí está, real y tangible, marcando el “límite”, en esta esquina del mundo.

*Crónica escrita en el 2014,
como parte del Diplomado en Periodismo Cultural
Taller a cargo de la escritora y periodista
Magali Tercero

3.27.2015

El Día, campus UABC


¿Puede haber cosa más afortunada que tener una librería en tu lugar de trabajo?... bueno quizá sí, trabajar en la librería, pero no podemos tenerlo todo en la vida. Entonces, que una de las librerías de mayor tradición en la ciudad abriera una sucursal en el campus de la UABC, es cosa de ensueño. 

Ya desde estudiante, me resultaba gozoso acudir en la búsqueda de los libros que se necesitaban para algunas materias. Ahora que soy profe, además, aprovecho el conveniente descuento para docentes que ofrecen. 

Toda la comunidad universitaria es atendida por sus amables empleados. Desde Idiomas hasta Derecho; Ingenierías, pasando por Medicina, hasta Humanidades y Ciencias Sociales, podemos encontrar los textos académicos que necesitamos. Y, si no los tienen, te apoyan para ordenarlos a las editoriales.

Además cuentan con una rica sección de revistas y no te puedes perder la mesa de autores locales, desde narrativa y ensayo, hasta poesía.

3.24.2015

Notas bibliofílicas*



Soy de las que rompe la rigidez del orden alfabético para colocar "The letters of George Sand" juntito a "The Confession of a Child of the Century" de Musset. Soy una romántica. Una Celestina.

Me gustan los libros felices por eso —también— de vez en vez dejo que Lizt y Chopin, desde el tocadiscos, inunden la casa. La Sand lo agradece desde su reluciente lomito rojo.

No, no presto mis libros. Jamás.  En situaciones extremas, prefiero regalar otro ejemplar nuevo. Prestar el mío, nunca. Bueno, ha sucedido, pero fue doloroso.

Por congruencia respeto, entonces, jamás pido un libro prestado... así muera de deseo. En todo caso, corro a mi librería más cercana a buscarlo.

Las ediciones agotadas me rompen el corazón. Me matan. Son ese beso que nunca daré.

Cuando el autor me dedica su texto, ¡ah!, no sabe ese autor lo tan grande y tan bonito que ha hecho por mí. No tiene idea.

Y cuando algún amigo me regala un libro... entonces sé que ese amigo sabe bien quién soy y —aún así— me quiere y me alcahuetea el vicio.




* Originalmente publicadas en FB
el 3 de enero de 2014.

3.09.2015

Los caminos de la pluma...


...y un buen día terminas escribiendo el guión para un espectáculo musical. Así las cosas.

Lo mío, desde hace años es la poesía. Sin embargo, por razones desconocidas (que tengo pendiente preguntarle, por cierto) Roberto Salomón (pianista radicado en Tijuana) me invitó a escribir los diálogos para un proyecto que rondaba en su cabeza desde hace tiempo.

Nos reunimos un par de veces a platicarlo y, de pronto, un día me avisa que ya tiene fecha para el estreno: 21 de marzo. 

Teníamos el argumento general, los cantantes que participan, sus personajes... y un sueño. Lo demás es (o será) historia conocida. ¡Y vaya que lo he disfrutado!

Trabajar con músicos/cantantes ha sido toda una experiencia nueva y riquísima. Leer el trabajo terminado, escucharlo en sus voces... observar cómo las palabras toman vida: increíble.

Se recrea la época dorada de la radio en México. Las protagonistas son mujeres y las canciones las llevamos en el corazón desde la infancia. La línea es cómica, y los arreglos de Roberto... una sorpresa que promete dejarnos un delicioso sabor de boca... u oreja, digamos.

Además, a la cría le está gustando. De pronto la sorprendo cantando las canciones con las que crecí y, claro, se siente bonito... me emociona la idea de llevarla al estreno y que ella sepa que eso que ve en escena lo escribió su mamá.

Yo agradezco en el alma la confianza de Roberto, su invitación. Que dejara en mis manos el privilegio de darle forma a este proyecto; ponerlo en palabras. A las y el cantante, el entusiasmo por sus personajes, el cariño a la historia. 

Finalmente, lo sé, el guión servirá de andamio para mostrar el espléndido trabajo musical de ese equipo sobre el escenario. Los arreglos de Salomón, su reinterpretación de una época y un género musical que, seguramente, nos enviarán a todos, de regreso a casa, con una gran sonrisa a buscar en los recuerdos.

Los boletos ya están a la venta, en el correo electrónico: radiocricri@gmail.com

Yo ya quiero estar ahí.

2.27.2015

Así marzo


Música y poesía
todos los domingos de marzo
en el CECUT

6:00 p.m.

:::ENTRADA LIBRE:::

1.12.2015

La Caja Galería

La Caja Galería tiene un lugar especial en mi corazón. Espacio independiente, casi escondido en un callejón de la Colonia 20 de noviembre; pareciera tener muchos obstáculos por superar. Sin embargo la voluntad y capacidad de Arturo Rodríguez, cabeza del proyecto, lo han convertido en uno de los más prometedores de la región. Prueba de ello es la reciente inauguración de la sede en Ensenada.

Por fuera, una bodega que se transformó gracias a los coloridos murales que ahora visten su cara frontal. Por dentro un mundo que invita a abrir los sentidos y la mente, al disfrute pleno del arte. 

Ofrecen servicios diversos de mediación entre artistas y coleccionistas; su galería mantiene siempre alguna exposición; y, recientemente, iniciaron con la vinculación escolar, ofreciendo visitas guiadas a instituciones de educación básica.

Pero, por mi parte, el amor nació con su Diplomado en Apreciación de las Artes Visuales. Respaldado con reconocimiento del INBA, el diseño teórico-práctico, estructurado en módulos a cargo de excelentes académicos y artistas locales; resultó una experiencia invaluable. Además tienen el cuidado de integrar eclécticamente grupos pequeños, de manera que la dinámica en el aula es de lo más rica, con los distintos puntos de vista que se comparten. El ICBC siempre ofrece algunas becas, aprovéchalas.

El Grafógrafo

El Grafógrafo es un espacio cultural que va mucho más allá de la simple librería de viejo. Es un proyecto independiente que nace en Tijuana a partir del esfuerzo de René Castillo, con su Feria del Libro Usado, en la UABC y que, finalmente, encontró su lugar "fijo" ideal dentro del Pasaje Rodríguez, en el Centro.

Lo rico de este lugar, además de su café y pastelitos; de los sillones que apapachan y te invitan a leer durante horas; es que te sientes muy bien atendido. René y su equipo, también ávidos lectores, te consienten -no como cliente, que sí-, sino como lector.

Puedes encontrar verdaderas joyas literarias, de historia y otros géneros, a precios encantadores. Además te sugiero que les platiques sobre tus temas y búsquedas y te orientarán con sus recomendaciones. 

El Grafógrafo también es anfitrión de diversos eventos literarios y musicales; sigue su agenda de presentaciones, conciertos y talleres.