Confesión....

...yo soy de las que, mientras conducen, van cambiando de estación en estación al radio, buscando canciones de amor. Y canto a todo pulmón, sin pudores ni reservas. Claro, evito el contacto visual con mis felow drivers a los lados; únicamente de reojo, guardo las respectivas distancias. Prefiero mantener en la incógnita sus rostros incrédulos.

Sí, canto y canto... y a veces lloro. Bueno, no lloro a ríos ni a mares, pero el nudito en la garganta y el agüita inundando los párpados es inevitable cuando las letras y las interpretaciones me conmueven, cuando me evocan momentos, historias y sentires.

Pero, bueno, cambia la canción y yo, sigo cantando. 90-100 minutos al día, en mi recorrido de ida y vuelta, yo canto. Por eso el tráfico pocas veces me fastidia. A veces, incluso, me asusto al darme cuenta de que no puedo recordar el recorrido previo al lugar donde me encuentro.... o mi memoria es muy mala, o iba manejando en "automático" sin poner atención, y estoy ahí nada más porque el carro ya se "sabe" el camino jejeje.

Haga usted la prueba amigo blog-lector, cante mientras conduce, cante como si tuviera enfrente a su beloved one y en esa canción le fuera la vida!.... cante y... baile, por qué no!

Ah!, mas no olvide llevar puesto su cinturón de seguridad, digo, por si la emoción le embarga demasiado.

Creo que en ciudades como la nuestra, donde el tráfico cada vez es mayor, la única alternativa es hacer de sus recorridos un tiempo agradable. Y, bueno, cantando, definitivamente es una buena opción.

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Feliz Jueves :o)

Mony